miércoles, 4 de enero de 2012

antes de Roma

la Peña Buraca, conocida popularmente como el “canchal de los dos ojos”. Se trata de un santuario rupestre de época prehistórica, un altar horadado en un bolo granítico, cerca del cual se encuentra un grupo de tumbas antropomorfas. Se encuentra a 2 km del pueblo en una finca particular pero se puede visitar.
Piedras Albas (Caceres) Extremadura






Yacimiento ibérico fechado en los siglo siglos V-II aC, con una primera ocupación documentada en la Edad del Bronce y otras posteriores en época romana y medieval, posiblemente con pervivencia hasta el siglo XIII-XIV.


El poblado está localizado en el término municipal de Ayora, en lo alto de la Sierra del Mugrón, un largo cerro cerca de una finca denominada "Casas de Meca".


Ocupaba una superficie de unas 15 hectáreas. Pueden observarse perfectamente todavía restos de la antigua muralla que fortificaba el poblado, aunque todo él, por su singular emplazamiento, constituye una auténtica fortaleza natural. Se conservan también abundantes huellas de sus pobladores: aljibes, escaleras talladas en la piedra, restos cerámicos y sus singulares caminos de ruedas, uno de los ejemplos mejor conservados de vías prerromanas.



El denominado Camino Hondo justifica por si solo la visita. Esta vía de acceso, con una acusada pendiente constituye una asombrosa obra de ingeniería prerromana, sin paralelo en la península ibérica. En el último tramo, la roca está excavada unos 5 metros. Para superar la pendiente se alargó el recorrido y obligó a realizar una cerrada curva para cambiar el sentido del camino hacia el centro de la ciudad.




El suelo, sobre roca viva, presenta profundas marcas como consecuencia del paso de las ruedas de carro durante 1500 años. En los laterales se aprecian unas hendiduras en la piedra que presumiblemente servirían para introducir trancas de madera y sujetar así las ruedas evitando el deslizamiento por la pendiente.


En la meseta se pueden observar habitaciones excavadas en la roca, escaleras, y numerosos depósitos (más de un centenar). No todos los depósitos serían aljibes, ya que algunos pudieron ser utilizados como graneros o almacenes.






Las características del poblado sugieren que éste sería un gran almacén de productos agropecuarios que explicaría el camino de acceso para facilitar su transporte desde el llano. El Castellar de Meca sería un importante centro económico.


gracias a:
http://www.arqueotur.org/yacimientos/poblado-iberico-castellar-de-meca.html

En El Raso de Candeleda (Ávila), al pie de la Sierra de Gredos por su vertiente meridional, se ubica uno de los más importantes yacimientos célticos de toda la Península Ibérica, dentro de lo que fuera en su día territorio indígena de los vettones. En su conjunto podemos integrarlo dentro de la II Edad del Hierro de la Meseta de Castilla, entre los siglos VI y I a. C.






Las excavaciones llevadas a cabo en el yacimiento desde 1970, nos han permitido conocer la existencia de un enorme poblado prerromano, indicios de otro poblado anterior, una extensa necrópolis y un pequeño santuario.


El origen del yacimiento podríamos ponerlo a finales del s. VI o principios del V a.C. Es entonces cuando se establecen de manera permanente en estas tierras de la Meseta unas gentes cuyos antepasados podemos asegurar que procedían de Centroeuropea. De allí pudieron haber salido un par de siglos antes, en un lento caminar hacia el Oeste, en busca de mejores tierras para sus cultivos y ganados.


Numancia no es sólo un yacimiento arqueológico, sino que es además un símbolo de resistencia y de lucha de un pueblo por su libertad. Fueron los escritores romanos quienes elevaron el comportamiento de los numantinos a gesta heroica dándole una dimensión universal.

En el año 153 a. C. tiene el primer conflicto grave con Roma, al dejar entrar en la ciudad a unos fugitivos de la tribu de los bellos, procedentes de la ciudad de Segeda (actualmente sus restos están situados entre Mara y Belmonte de Gracián (Zaragoza). Los numantinos, al mando de Caro de Segeda, consiguen derrotar a un ejército de 30.000 hombres mandados por el cónsul Quinto Fulvio Nobilior, pero hubo que lamentar que su jefe, Caro, muriera en la batalla.






Tras veinte años repeliendo los continuos e insistentes ataques romanos, en el año 133 a. C., el senado romano confiere a Publio Cornelio Escipión Emiliano El Africano Menor la labor de destruir Numancia, a la que finalmente pone sitio, levantando un cerco de 9 km. apoyado por torres, fosos, empalizadas, etc. Tras 13 meses de hambrunas, enfermedades y tras agotarse sus víveres, los numantinos deciden poner fin a su situación. Algunos de ellos se entregan en condición de esclavos al ejército de Publio Cornelio Escipión Emiliano, mientras que la gran mayoría de los numantinos decidieron suicidarse, prevaleciendo su condición de libertad frente a la esclavitud de Roma.


El Poblado ibérico del Puntal dels Llops es un asentamiento del siglo V a. C. ubicado una de las estribaciones meridionales de la Sierra Calderona. Está situado en el término municipal de Olocau (Comunidad Valenciana, España), en la cumbre de un promontorio a 427 m sobre el nivel del mar y a más de 150 m sobre el llano, con amplia visibilidad sobre el territorio del Campo de Turia y el corredor del Barranco de Carraixet que da paso al norte.

Dentro de la diversidad de restos arqueológicos de la Península Ibérica, es de destacar el yacimiento arqueológico de Tiermes, en Montejo de Tiermes, Soria (Comunidad Autónoma de Castilla y León).


Los primeros datos sobre población en la zona se pueden fechar en el Neolítico (hallazgos sueltos); a partir del siglo XV a.C. se documenta un periodo de más de 35 siglos de ocupación ininterrumpida que comienza en la Edad del Bronce (poblado de Carratiermes), continúa en la I y II Edad del Hierro y el mundo celtibérico (necrópolis de Carratiermes, oppidum de Termes), sigue en época romana (municipium de Termes) y visigoda (tumbas del Foro), hasta alcanzar el mundo medieval (necrópolis del río altomedieval, necrópolis de la Ermita bajomedieval, iglesia y el hoy desaparecido monasterio de Santa María de Tiermes).






Los Toros de Guisando son un conjunto escultórico vetón que se ubica en el cerro de Guisando, en el término municipal de El Tiemblo, en la provincia de Ávila (España).






Se datan entre los siglos II y I antes de Cristo, con preferencia a la creación en el siglo II a. C., durante la Edad del Hierro.


Se trata de cuatro esculturas realizadas en granito que representan cuadrúpedos, identificados como toros o verracos (cerdos sementales), con preferencia a la suposición de que se trata de toros, ya que algunas de las piezas presentan, en la cabeza, oquedades consideradas para la inserción de cuernos.

Las cuatro esculturas se encuentran costado contra costado, formando una línea en dirección norte-nur y todas ellas mirando hacia el oeste, a la loma del cerro de Guisando, del que reciben su nombre, dejando a sus espaldas el arroyo Tórtolas, frontera natural que separa las comunidades de Castilla y León y Madrid.






La importancia de la ganadería para la subsistencia del pueblo vetón hace suponer que estas estatuas eran protectoras del ganado, aunque ésta es solamente una de las muchas teorías planteadas en torno a la función de estas esculturas.

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